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Frases de Oscar Wilde 

Oscar Wilde 

(1854-1900)

Dramaturgo y novelista irlandés.

Amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida.
Se llama matrimonio de conveniencia a un matrimonio de personas que no se convienen en absoluto.
Los hombre jóvenes quieren ser fieles y no lo consiguen; los hombres viejos quieren ser infieles y no lo logran.
Los hombres casados son horriblemente aburridos cuando son buenos maridos, e insoportablemente presumidos cuando no lo son.
Las mujeres feas son celosas de sus maridos. Las bonitas no tiene tiempo, ¡están siempre tan ocupadas en estar celosas de los maridos de los demás...!
La belleza es muy superior al genio. No necesita explicación.
Si usted quiere saber lo que una mujer dice realmente, mírela, no la escuche.
No hay nada como el amor de una mujer casada. Es una cosa de la que ningún marido tiene la menor idea.
Cómo tener confianza de una mujer que le dice a uno su verdadera edad. Una mujer capaz de decir esto es capaz de decirlo todo.
En el arte como en el amor la ternura es lo que da la fuerza.
Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más.
A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.
Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.
La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse.
La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores.
Las preguntas no son nunca indiscretas. Las respuestas, a veces sí.